La futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética establece que el sistema eléctrico español se deberá basar exclusivamente en fuentes renovables en el año 2050.
Para 2050 las emisiones de gases invernadero se deberían reducir un 90% respecto a los niveles de 1990 y el sistema eléctrico se debería basar exclusivamente en fuentes renovables.
Antes, en el año 2030 se quiere conseguir que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan un 20 por ciento respecto a 1990, que el sistema eléctrico cuente con un 70 por ciento de generación a partir de energías de origen renovable y mejorar la eficiencia energética.
La normativa prevé también entre 2020 y 2030 la instalación de un mínimo de 3.000 megavatios de potencia al año en instalaciones de producción de energía eléctrica a partir de energía renovable.
Esta normativa permitiría a España cumplir con el Acuerdo de París de lucha contra el cambio climático y garantizarían la total descarbonización de la economía española, poniendo fin definitivamente al uso de combustibles fósiles que generan emisiones de gases invernadero.
Una vez entre en vigor la ley ya no se otorgarán nuevas autorizaciones para realizar actividades de exploración, permisos de investigación ni concesiones de explotación de hidrocarburos.
La idea es que el sector público estatal se desprenda de sus participaciones en empresas que desarrollen actividades relacionadas con los combustibles fósiles, así como fomentar el biometano y los combustibles sintéticos de origen renovables.
Estas medidas irán acompañadas de una “Estrategia de transición justa” con medidas que aseguren un tratamiento “equitativo y solidario” para los territorios y los trabajadores de los sectores más afectados por esa transición hacia una economía baja en carbono.
El ahorro de energía es uno de los requisitos para un futuro con energías renovables.
El mundo cuenta ya con la capacidad en arquitectura y construcción para construir edificios que casi no requieren energía convencional para calefacción o refrigeración. Al mismo tiempo, tenemos que mejorar radicalmente la eficiencia energética de los edificios existentes.
Con los proyectos de optimización adecuados podrían reducirse las necesidades de calefacción en un 60% al aislar paredes, techos y plantas bajas, reemplazando las ventanas antiguas e instalando sistemas de ventilación con recuperación de calor.
En cuanto a sistemas de iluminación, tecnologías como el Led permiten ahorrar y contribuir a la eficiencia energética.
“El coste global de la iluminación es de 230 mil millones anuales. Modernizar la tecnología despilfarradora actual podría ahorrar un 60%” Mills, E. 2002, “The $230-billion Global Lighting Energy Bill.“, International Association for Energy-Efficient Lighting, Stockholm
Queda mucho por hacer hasta cumplir los objetivos, serán necesarias grandes inversiones para aumentar masivamente nuestra capacidad para producir la electricidad a partir de recursos renovables con el menor impacto al ambiente, en particular a través de las tecnologías de energía solar, geotérmica y eólica. Mientras tanto, el ahorrar la energía que ya consumimos es el primer paso.
Cuanta más energía consigamos ahorrar, más fácil será la tarea de transitar a un futuro de energías renovables. Esta es una de las áreas donde todo el mundo puede desempeñar un papel.
Fuente: El Informe de la Energía Renovable. Energía renovable al 100% para el año 2050. (WWF / ECOFYS / OMA)
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